Lo que hay que saber a la hora de conformar una Sociedad Colectiva

El contador Ramón Val explica los pros y los contras de elegir este tipo de sociedad comercial al comenzar un emprendimiento

Iniciar un negocio propio suele generar inseguridades y temores, por eso siempre es necesario tener en cuenta qué tipo de sociedad comercial que se elegirá para el negocio, de modo de protegernos, de cuidar nuestros bienes de una manera más eficiente y de lograr una convivencia armónica con nuestros socios.

En esta ocasión, el contador Ramón Val explicó de qué se trata una de las variantes que ofrece la ley de sociedades comerciales, bajo el número 19.550, que es la Sociedad Colectiva.

“Una sociedad es cuando dos o más personas en forma organizada conforman los tipos previstos y se obligan a realizar aportes para aplicarlos a la producción o intercambio de bienes o servicios., explicó en diálogo con “Conexión emprender” por Frecuencia Emprender.

A la hora de hacer referencia a la Sociedad Colectiva, precisó: “Yo la llamo la sociedad de los amigos o de la familia, porque se constituye entre personas entre las que hay una mutua confianza porque la responsabilidad económica es ilimitada solidaria entre todos los socios”

“Es importante esto de la mutua confianza porque si un socio contrae una deuda, el otro también debe responder con su patrimonio. Por eso, este tipo de sociedades suele adoptarse entre familiares o hermanos”, subrayó Val a Frecuencia Emprender y, a su vez indicó que este tipo de sociedad comercial “originalmente se usaba mucho pero hoy se está reemplazando por otros tipos societarios.”

Para quienes estén con dudas respecto a elegir entre esta alternativa u otra, el contador y docente remarcó: “Depende de la actividad que se quiera realizar, pero por sobre todo, del vínculo y de la confianza con el otro socio.”

Finalmente, dejó algunos consejos para quienes opten por la Sociedad Colectiva para su emprendimiento: “Hay que tener cuidado respecto a la persona con la que nos estamos asociando. No hay hacerlo con los amigos, porque esa persona tal vez es la mejor para tener una amistad, pero no para emprender un negocio juntos.”

“Tampoco hay que enamorarse de la inversión, esto implica que no tenemos que comercializar un bien que nos guste personalmente, sino algo que demande el mercado.”, concluyó.
 


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