“El Zoo debe ser protagonista de la conservación natural”

Claudio Bertonatti, Director del Zoológico de Buenos Aires, habla del futuro de este tradicional paseo porteño





La situación del zoológico porteño es una de las cuestiones que más polémica ha generado en los últimos tiempos en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires. Esto se debió, en primer lugar, al vencimiento de su concesión y al posterior envío a subasta pública por parte del gobierno y, en segunda instancia, al debate acerca del futuro y de la función que deben cumplir este tipo de espacios en las sociedades modernas.

El programa “Palermo se expresa” de Radio Arinfo dialogó respecto a estas cuestiones con quien ocupa el cargo de Directos del Zoológico desde enero de este año, el museólogo y especialista en medio ambiente Claudio Bertonatti.

“Me encuentro con una institución de 124 años que está muy necesitada de un giro, porque el zoo de hoy tiene otros desafíos. Cuando se creó, Argentina recién había definido sus límites geográficos y políticos y la mayoría de las personas desconocían cuál era la fauna autóctona y su patrimonio natural, por eso el acento estaba puesto en la exhibición de animales.”, recordó Bertonatti respecto a los objetivos de la entidad durante sus primeros años.

En virtud de eso, planteó la necesidad de un cambio en sus metas: “Hoy el desafío es otro, el zoo está inserto en un contexto mundial de profunda crisis ambiental, entonces no nos podemos dar el lujo de solo exhibir animales. Hoy el zoo debe ser protagonista de la conservación de la naturaleza, con énfasis en la fauna argentina.”

“El cambio debe darse en distintos frentes. Algo muy importante es la educación pública: el zoo debe ser parte del proceso educativo en los ciudadanos con el fin de dejar mensajes positivos que comprometan a los visitantes a tener una mejor relación con el mundo natural. La idea es que cambien, modifiquen o mejoren al menos una actitud y, si una sola persona lo hace, todo lo vale.”, sostuvo esperanzado el Director de la institución.

Al ser consultado respecto a las acciones para generar conciencia que se podrían implementar, el también integrante de la Fundación Vida Silvestre, precisó: “No genera lo mismo ver a un animal en un documental o verlo frente a frente y esa emoción puede movilizar si deja un mensaje. Por eso tenemos que modificar nuestra cartelería: a mí no me importa que sepan el nombre en latín del Guacamayo Rojo, sino que entiendan que ese animal está casi extinto porque se destruyeron sus bosques y porque hay un tráfico de fauna muy grande.”

Bertonatti también alertó sobre la importancia de concientizar a  los visitantes acerca de la importancia de no adquirir animales como los cardenales amarillos o las tortugas terrestres. “Si logramos que más gente mejore su actitud, el zoo vale la pena.”, dijo.

Luego, habló de otro de los desafíos que se plantea en su gestión: “Tenemos que potenciar los programas de conservación. Muy pocos saben que a las costas de Argentina llegan tortugas marinas que no vienen a desovar, sino que se acercan porque están exhaustas, heridas y agonizantes. El zoo tiene un programa de rescate y, si el animal se salva, lo devolvemos al mar, por eso no exhibimos esas tortugas aquí.”

Bertonatti también le contestó a quienes opinan que el zoo con animales encerrados para contemplar es algo arcaico, perteneciente a la época victoriana. “El zoo debe estar al servicio de la conservación de la naturaleza y es fundamental en el mundo de hoy ante la crisis ambiental”, señaló.

Además, agregó: “El zoo arrastra muchos problemas no resueltos. Estamos trabajando para descomprimir la población animal porque tenemos más de lo que podemos contener en materia de espacio. Estamos haciendo un esfuerzo por devolver a la naturaleza lo máximo que se pueda.”

El Director también planteó su posición en relación a la decisión del Gobierno de la Ciudad de determinar a través de una subasta el próximo encargado de concesionar el paseo, algo que fue parado mediante una acción judicial. “El zoo es de la Ciudad de Buenos Aires y de todos los porteños, lo que se da en concesión es la administración. Hace más de 20 años se dio en concesión y ya se sabía cuándo iba a vencer, pero no se trabajó con la suficiente antelación para prever un proceso gradual y ordenado. Se pensó que lo más rápido y dinámico para renovar la concesión era una subasta, que es algo que se usa para playas de estacionamiento o parquímetros, y un zoo no es lo mismo.”

“La administración de un zoológico puede poner el acento en lo comercial, en lo recreativo o, donde yo creo que tiene que tenerlo, en la educación ambiental y en la conservación de la naturaleza y, en menor medida en la investigación científica. Una subasta pondera otras cosas ya que se guía solo por quién ofrezca el mejor canon para la ciudad. Solo se pondera lo que está dispuesto a pagar el oferente y no qué zoo quiere.”, sostuvo en diálogo con Radio Arinfo.

Finalmente, invitó a recorrer el paseo: “El zoo necesita de todos y hay mucha gente que está apostando al cambio. Yo los invito a que vengan y a que reflexionemos frente al Yaguareté, a los cardenales amarillos, a las aves en libertad. La idea es que aprendamos a observar y a disfrutar del mundo de otra manera.”

“El consumismo genera desigualdad y frustración, mientras que la naturaleza es todo lo contrario y hasta tiene un efecto terapéutico. Si reconocemos que la naturaleza es buena, la vamos a cuidar y a tratar mejor.”, concluyó.



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