“Él, con toda su lucha, buscaba que la gente tenga dignidad”

A diez años de la “Masacre de Avellaneda”, Alberto Santillán, padre de Darío, pide justicia por la muerte de su hijo





En comunicación con “Puente Urbano” por Radio Arinfo, el padre de Darío Santillán repasó su vida, recordó el día de su asesinato el 26 de junio de 2002 y reiteró el pedido de justicia por la “Masacre de Avellaneda” en la que también murió Maximiliano Kosteki. 
 
Acerca del día en que su hijo fue asesinado, Alberto recordó: “En el 2002 estaba Eduardo Duhalde en el gobierno y era un momento difícil para el país. La de ese momento fue una marcha multitudinaria en reclamo de trabajo, educación, salud, dignidad y, ante la crisis, el gobierno de Duhalde había bajado una línea dura.”

“Nosotros fuimos a esa marcha y pagamos con dos muertos, pero no hay que olvidarse cómo los medios fogoneaban la mano dura contra los piquetes porque le hacían el juego al gobierno. Después de la muerte de Darío y de Maxi se rasgaban las vestiduras.”, sostuvo Santillán.

Asimismo, en relación a la actuación de los medios tras la tragedia y a la famosa portada del diario Clarín, repasó: “Fue un caso muy denso, muy duro y ellos pusieron en la tapa que “La crisis causó dos nuevas muertes”. Queda claro que la crisis no fue, los que mandaron a reprimir fueron los gobernantes.”

Alberto también lamentó la falta de justicia a diez años de la “Masacre de Avellaneda”: “Las palabras de Darío y de sus compañeros siguen actualizadas, porque los reclamos siguen siendo los mismos. Si bien se han cambiado algunas cosas, hacia abajo falta mucho”

“Todo ha quedado por la mitad. Hemos conseguido con mucha lucha que encarcelen a los policías Franchiotti y Acosta pero, en cuanto a los autores intelectuales, todavía estoy esperando.  A diez años del cruel asesinato de mi hijo y de Maxi, la justicia manda a los condenados a un penal con régimen abierto, o sea, que la impunidad cierra. Evidentemente lo que venimos reclamando hace diez años no ha servido para nada porque la justicia no actúa como debe actuar y sigue respondiendo a los intereses políticos.”, se lamentó el padre del militante del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD).

A la hora de hablar los sueños y la lucha de Darío, su padre recordó: “Su militancia empezó a los 15 ó 16 años. A veces hablamos de él y parece que estuviéramos hablando de una persona mayor, pero solo tenía 21 años cuando lo mataron. Sus 24 horas estaban volcadas al movimiento, al estudio, a la investigación, a ayudar y a dejar su casa para estar en donde pudiese ser útil.”

“Estaba abocado a la creación de la bloquera y a ayudar para que la gente tenga dignidad. Se preocupaba por darle información a la gente que no tenía trabajo y su legado es inmenso porque el movimiento de desocupados daba una contención que no daba el estado. Él, con toda su lucha, buscaba que la gente tenga dignidad, eso fue él y eso fue lo que lo llevó al puente ese día.”, agregó en declaraciones a Radio Arinfo.

Alberto Santillán también destacó el coraje y la generosidad de su hijo en sus momentos finales: “Su muerte tiene que ver con que nunca dejaba a ningún compañero solo y estaba donde lo necesitaban. Él no lo conocía a Maxi, pero les dijo a todos que se fueran y él se quedó en la estación. De la historia de Darío, de Mariano Ferreyra, de Fuentealba, y de tantos luchadores sociales, de ahí nace un ejemplo, sobre todo para la juventud. El ejemplo de la lucha, de la dignidad y de no permitir que nos sobornen o nos compren”

Tras el homenaje que le realizaron a Darío y Maxi en la Legislatura porteña el último viernes, Alberto Santillán resalto la reedición del libro que editó el Movimiento llamado ““Darío y Maxi, dignidad piquetera”. “Eso va a quedar como un material de estudio en los niveles de primaria y secundaria.  Es muy importante porque hubo un gran trabajo de investigación dentro del movimiento lo que hace que se esclarezcan muchos puntos oscuros”, aseguró.

Finalmente, sostuvo: “Esta lucha no es una vez al año, son los 365 días, pero esta vez se redobla todo el esfuerzo por la búsqueda de justicia, porque no hay ningún político investigado, y por la cuasi libertad de Franchiotti y Acosta. Queremos decirle a los políticos que nosotros no nos vamos a olvidar.”



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