Los compañeros de Sánchez imploraban el cese de la golpiza y también fueron apaleados



Cabe recordar que los hechos ocurridos en la penitenciaría, que dejaron como saldo heridos de gravedad, a la postre fueron negados o desatendidos por la prensa oficial y las autoridades pertinentes, recayendo los mayores reclamos en los familiares de los presos y en los organismos de derechos humanos.

Presman expresó que “su busca disimular u ocultar situaciones que son reales y que son preocupantes. Esta situación creada lo que trata es de descalificar al mensajero, porque la situación existe, hay una escalada de violencia represiva en las unidades penales, lo que se busca es silenciar, que eso no salga a la luz”.

La represión del Penal Nº 1, violenta y que dejara un tendal de heridos, no parece ser suficiente razón para que el gobierno provincial asuma responsabilidades y tome medidas humanitarias en cuanto a la violencia aplicada a los reclusos e identifique a los responsables de tal masacre.

A este caso se le suma el de Abel Raúl Sánchez, recluso del Penal Nº 6, de San Cayetano, quién se encuentra en coma y con respirador artificial luego de recibir una brutal paliza por parte de los agentes penitenciarios de dicha repartición.

Tras la paliza, las autoridades no sólo no se comunicaron con los familiares de Sánchez, sino que una vez que la familia averigua por medios propios, les impiden el contacto con el recluso.

“Hay un hecho real, hay un señor, que se llama Raúl Sánchez, que está condenado, alojado en la unidad Penal 6 de San Cayetano, que tiene una condena a estar privado de su libertad. La condena no decía que Sánchez debe estar hospitalizado en coma, con respirador artificial, en el área de terapia intensiva del Hospital Escuela”.

“Hagamos cumplir la ley, la ley dice que Sánchez debe estar privado de la libertad, no con un politraumatismo encefálico que pone en riesgo su vida”.

“Aparte de investigar qué ha ocurrido, deben investigar qué ha ocurrido en estos quince días en que la situación de hombre no fue notificada a sus familiares ni judicialmente. Nosotros hemos hecho una denuncia a la fiscalía de turno, y nadie sabía de que hubo un episodio de violencia, que desembocó en la internación de este hombre”.
“Además, sabemos que hay más personas, que no fueron hospitalizadas, que están muy lesionadas y que recién al momento de la denuncia que hicieron sus familiares, están recibiendo asistencia médica. Son los compañeros de celda de Sánchez, que imploraban al grupo de negro, que dejara de castigarlo y que fueron retirados de la celda y llevados a la enfermería atados de pies, esposados, donde recibieron una feroz golpiza”.

“Tampoco hubo notificación a los familiares, y cuando pudieron llegar a sus hijos o parientes, los encontraron en estado calamitoso. Los propios guardias advertían a los familiares que no se asusten o impresionen por el estado de salud de los reclusos”.


 
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